DE PISTOLAS Y BALAS, A PAPELES Y GRAPAS
La grapadora, -«cosepapeles»-, más vendida en el mundo, tuvo su origen en una fábrica española, donde antes se fabricaban pistolas: Manufacturas El Casco.
Esta empresa fundada en 1920 por dos “Juanes”, uno de apellido Solozábal y el otro Olave, radicada en la localidad guipuzcoana de Eibar.
Comenzó fabricando revólveres de gran calidad, según valoración de la época, con tres marcas, Casco, Duque y Tejón, con cañones de diferentes pulgadas, desde dos y medio, hasta seis.
La crisis del Crak de 1929, obligó a sus propietarios a reconvertir su empresa para fabricar otros productos con base en metal y con la maquinaria existente, utilizada para hacer sus revólveres.
En 1932 lograron patentar la primera grapadora, que la denominaban «cosepapeles» según consta en la documentación presentada. Los técnicos consiguieron fabricarla con una gran calidad y precisión, pues consideraban “que una grapa debería desfilar por la grapadora, con la misma precisión que lo hace una bala por el cañón de un revolver”
La denominaron con la marca «El Casco», como uno de sus revólveres, y le siguieron otra serie de artículos, todos enfocados a mejorar el trabajo de las personas en las oficinas: taladradoras de papeles, afilalápices, pesacartas, numeradoras automáticas, etc.
Datos curiosos: el primer afilalápices que fabricaron, pesaba kilo y medio, y han fabricado alguno con oro de 24 quilates.
La grapadora, conocida como “la seta”, es uno de los iconos del diseño español, utilizada en miles y miles de oficinas.
Está considerada como una de las mejores empresas de su sector.
Para no tener que cerrar, pasaron de las balas a las grapas con gran éxito.
Artículo escrito y documentado por: José Carlos Sainz de los Terreros Isasa