Historias reales: José Antonio – Microwave Remover

Hoy os voy a contar todo el proceso que estamos realizando en Sube Tu Invento para nuestro cliente inventor José Antonio. Un día se dio cuenta que, al calentar la comida en el microondas, tenía que abrir varias veces y remover la comida para que se calentara uniformemente.

Para aquella época, un año antes de la pandemia, por medio de una colaboradora nuestra en Barcelona, Montse Fornells, nos llega una idea que por su Modelo de Utilidad era una especie de araña que se colocaba dentro del microondas, el dibujo de la patente es este:

Sinceramente, no terminaba de entender bien el planteamiento. Pero el cliente, lo único que quería era hacer un prototipo de calidad aceptable y con impresora 3D. Tengo que aclarar, que José Antonio es jubilado, se prejubiló con casi 60 años, cobra una pensión mínima y hace poco más de un año, su madre falleció. Por lo tanto, con esa predisposición, lo que él pretendía era ceder pronto la patente a alguna empresa interesada, preferiblemente contratando nuestro servicio de comercialización express.

Para esa época, contábamos con Carlos, un pequeño empresario colaborador que hace prótesis en 3D para animales en Benidorm. Y en verano, las típicas mesas de mimbre. Bueno, vendía miles de sillas y mesas de mimbre y yo pensando que eso había desaparecido, pues no, Carlos se hace el agosto fabricando mesas y sillas de mimbre.

Lo llamo, le comento nuestra petición y me dice que por unos 600-700€ podía hacerme blancos y negros con una pala de madera, muy rústico todo y nada estético o elegante. En total nos hizo 3 o 4 modelos….este es el resultado:

 

Tengo que reconocer, que algunas piezas llegaron rotas y se le pusieron unas ventosas en las patas para que se pudiera sujetar mejor en el interior del microondas. También existía la idea de que este invento tenía que poder acoplarse a la tapa del chino que todos tenemos en los microondas para calentar la comida y que no salpique:

 

Para ello, a la tapa, se le hacía un agujero para colocar el aspa que movería la comida. Todo esto era un engorro y nada práctico. Era bastante lioso poner el plato con comida y preparar todo fuera del microondas y meterlo todo junto. La verdad, que nadie se tomaría tanto trabajo o tendría la paciencia de hacerlo bien.

En una llamada con el cliente, le comenté, ya que él tenía los prototipos, que probara en meter el removedor sin la tapa plástica, que calentara una salsa de tomate y que, a lo sumo, tendría que limpiar el microondas en caso de que salpicase. Mi idea era que, si se removía durante el calentado, quizás no salpique. Tenía su lógica, recuerdo haber estudiado algo de físicas y comportamientos de líquidos en contacto con calor y temperaturas elevadas. Para que se entienda mejor, era como remover la pasta cuando cocinas a fuego y se sube la espuma, al remover, no pasaría este efecto.
A los pocos minutos me llamó Antonio muy contento porque nos evitábamos ser un complemento de la tapa, ahora seríamos una pieza que sustituye el plástico, ya no haría falta adquirir esa tapa espantosa que molesta más de lo que ayuda.

Una vez resuelto este tema, y ya realizando la comercialización, muchas empresas nos comentaban, en el feedback, que, de tener una pieza fabricada, se podría valorar la adquisición de la patente. Tantas fueron, que el cliente se planteó realmente fabricar. Para ello, había que diseñar una pieza vendible, original y sobre todo moderna y actual.

Nos pusimos manos a la obra y con nuestro ingeniero italiano Enio, diseñador de productos de lujo y de muebles modernistas (que luego desapareció dejando varios pufos, entre ellos un servidor, pero esa es otra historia que no viene al caso). En poco más de 20 días, convirtió una araña espantosa en un producto que tenía mucho potencial:

Iba tomando color y nos acercábamos a obtener una pieza elegante, con carácter propio y con grandes posibilidades de llegar a buen puerto.
Por medio de un amigo, me comentan que hay un grupo en Telegram de un tal Julio Ariza que comenta sin pelos en la lengua, las noticias políticas y de actualidad. Siendo sincero, no soy de seguir a nadie, pero vi su canal y me uní. No pasaron ni 10 minutos, que recibo una llamada de Julio, había visto el logo de Sube Tu Invento, y se interesó por nuestra empresa, invitándome a participar en TV abierta en su canal de El Toro Televisión y en el programa Dando Caña.

De pronto, me puse muy nervioso, siempre he permanecido en la sombra de mi empresa, aún siendo el CEO, no me gusta salir en radio y mucho menos en la tele en riguroso directo. Hablo con clientes y proveedores sin problema, pero la tele, me dejó de piedra. Es más, hasta ese momento, mis competidores en el campo no sabían qué aspecto tenía, lo cuál era muy beneficioso para mí, ya que podía asistir a ferias de inventores sin que nadie me preguntara nada.

Bueno, hay que aprovechar las oportunidades y esta era de las buenas. Nos preparamos un texto, enviamos nuestro logo y toda la info al canal y llegó el 22 de mayo del año 2022, mi equipo y yo nos presentamos frente a las cámaras. Entre las luces y lo nervioso que estaba, apenas pude decir unas pocas líneas, y eso que, durante el tiempo de espera, me aprendí bien el texto. Os dejo la entrevista, pero os comento, que yo no la he vuelto a ver, me da mucha vergüenza, al final, soy un sentimental:

Tuvo tan buena repercusión que nos invitaron a asistir a otro programa, ahí, la que habló fue y es actualmente mi mano derecha e izquierda en todo lo referente a la empresa; Beatriz Sainz, Bea para todos los que la conocen y trabajan con ella, os dejo su nota, las comparaciones son horribles, pero en este caso, tiene total justificación:

Como podréis comprobar, al final de las preguntas, comentamos que estamos trabajando en el próximo lanzamiento de un removedor de comida para microondas. La verdad, que Bea tenía orden explícitamente de no adelantar este tema y menos en la Televisión. Pero se puso nerviosa y se le escapó. Tal repercusión obtuvimos casi al instante. Al encender el teléfono después de salir del plató, tenía más de 130 llamadas, muchos eran potenciales clientes, pero la mayoría se interesaba por el invento de José Antonio.

Mi labor, es comunicarle al cliente cada etapa y por supuesto, esto era lo que necesitaba para decidirse a fabricar. La simple idea de invertir un capital en la fabricación de este artículo, a José Antonio, le entraba pánico. Pero mientras que realizábamos el diseño, contactamos con un agente español que trabaja directamente con fábricas en Asia. Y solamente por curiosidad, le pedí un presupuesto para fabricar unas 500 unidades. Rafael C. No pongo su apellido, porque resultó ser un “chanta”, expresión argentina utilizada para definir a un charlatán. Nos pasó un presupuesto de apenas 8.000 dólares con molde, producción y gastos de envío Aduanas incluidas. Aunque era económico, no contaba con ese dinero. Pasaron casi dos meses, hasta que encontramos una solución, pedirles a 8 amigos que pusieran 1000 usd cada uno y así se podría fabricar. Consiguió juntar el dinero en pocas reuniones. Al principio, eran reacios a invertir, pero por tan poca cantidad, no querían perder una oportunidad de doblar su inversión en poco tiempo.

Ya teníamos el dinero, y me puse en contacto con Rafael C. y éste, entre que nunca estaba disponible o excusas varias, un día me reconoció, que el presupuesto, se lo había medio inventado, pero que el fabricante, ahora no se hacía cargo de esa cotización y la nueva, aumentaba en casi 35.000 usd. Esto me enfureció bastante y le exigí a Rafael que, ya que este era su proveedor y su error, que consiguiera que el que hizo el presupuesto, hiciera el trabajo. Simplemente se lavó las manos y quitando leña al fuego, en pocas palabras …lo mandé a la mierda por embustero y parlanchín.
Ahora el que tenía un problema era yo. Me había comprometido con mi cliente a fabricar 500 piezas y recomendé a un nuevo colaborador sin conocerlo bien. Evidentemente me salió rana. Pero seguía teniendo un problema, tenía que encontrar un fabricante rápidamente en china económico, seguro y que hiciera la pieza con la mejor calidad posible. Agobiado por los tiempos y el compromiso que tomo con cada uno de mis clientes, busqué en internet y contacté con Bull Importer, esta empresa, contacta directamente con fábricas en China, te pasa un presupuesto y cobra por darte el servicio unos 450 €. ¿Pero qué pasa con esta empresa? Que te venden la moto, pero para cualquier consulta, has de abonar esa suma, si no, no te dan ni la hora. Hablo con Javier Z., antes de abonar nada, para averiguar si ellos eran capaces de solucionar mi problema. Me dicen que sí, que seguramente por ese dinero no, pero por muy poquito más, ellos me pasarían entre dos y tres presupuestos de dos o tres empresas diferentes y yo elegiría cuál sería la encargada de fabricar. Hago la transferencia un viernes, con la idea de empezar el lunes a más tardar, me corría mucha prisa, tenía los 8000 € de mi cliente y no tenía fábrica. Aclaro, que José Antonio sabía de todo esto; a mis clientes, nunca les miento, si surge un problema y la culpa es mía, yo me hago cargo de resolverlo, cueste lo que cueste.

Llega el lunes y “nino” … ni noticias de Bull Importer. Llamo a Javier Z. y me dice que están en ello, que les pase todos los planos y la info que tengo. Pero ahora, me lo pide en inglés, cosa que, en la llamada de venta, me comentó que ellos lo traducen. Ahora tenía que hacerlo yo. Primer cambio… bueno, quizás lo entendí mal. Avancemos. Pasan 2 semanas y me llaman para firmar un contrato de exclusividad y confidencialidad. Que, sin este contrato firmado, no podían ni siquiera contactar con fábricas, por lo tanto, perdí dos semanas en este proceso. Segundo cambio… bueno, quizás me equivoqué otra vez. Avancemos. Pasa casi un mes más y después de reiteradas llamadas por mi parte, casi semanalmente, recibo un presupuesto, os dejo captura de pantalla:

Una cosa que nunca entenderé, si el molde queda en China, ¿por qué te cobran el IVA? Llamé varia s veces a Hacienda preguntando sobre este impuesto y si se podía cobrar, y lo que me dicen es palabras textuales: solo de cobra el IVA del 21 % a todo producto de lujo que entre en contacto con suelo español. Como podréis apreciar, esta empresa que busca fábricas económicas en China resulta que me sale hacer 500 piezas, ¡¡31.446,70 € + IVA = 38.050,50 eurazos!! Y cada pieza, le han puesto un valor de 23,16 € + IVA cada unidad, por lo que el cliente, para ganar algo de dinero, lo tiene que poner a la venta por no menos de 35 – 40 euros + IVA + gastos de envío, unos 50 – 60 euros. ¡Ridículo!

Lo bueno de este presupuesto, es que era el primero, por ende, este seguro que no lo tomaría, espero entonces el segundo presupuesto… pero que pasa con el segundo presupuesto…que nunca llega y al llamar a Javier Z., me dice que ya no hay más cotizaciones, que el segundo presupuesto, sería el mismo que tengo, pero con gastos de envío por avión, que es mucho más caro. Me puedo equivocar una vez…dos veces, te lo admito, me ha pasado pocas veces de no recordar dos veces las condiciones de un servicio, pero lo que jamás me pasó, es que, por tercera vez, no recuerde que no me darían más presupuestos o que fuera lo de los gastos de envío por tren, barco o avión.

Otra rana en este estanque de peces podridos. Este se llevó 450 € + IVA por engañarme. Bueno, tiene que haber de todo en esta vida y ya me había tocado dos chantas.

Hay un dicho muy sabio y antiguo que dice: “Si quieres que algo salga bien, hazlo tú mismo”. Liberé mi agenda de reuniones y desplacé todo para dejarme una semana entera libre para buscar un proveedor en China. Uno serio, cumplidor y responsable. Busqué durante días, horas cada posible fabricante. Necesitaba encontrar un agente, que entendiera mi negocio, mis clientes y sus inventos; que fuera rápido y sobre todo responsable de sus errores. Estaba por comprar un billete a China, porque la búsqueda me estaba carcomiendo la cabeza, daba con auténticos chantas, que solo pedían condiciones favorables para ellos y ni un gramo de responsabilidad.

A punto de tirar la toalla, encuentro una empresa y un responsable de ventas que le interesaba mi propuesta, incluso, me propuso sociedad. Hablamos, hicimos una video-llamada e inmediatamente supimos que seríamos socios en este apartado. Por fin había encontrado el proveedor esencial para que mis clientes pudieran formalizar sus invenciones, sin que les corte la cabeza.

Le pedí un presupuesto para José Antonio y en 3 días me manda este presupuesto:

Bueno, ya nos acerábamos a lo que tenía. Aún así, faltaba renegociar un poco mejor. Nuevas condiciones y esto es a partir de ese momento, para todos los clientes:

1- Packaging incluido
2- Mínimo de piezas: de 500 a 1000 unidades y si el producto es voluminoso o grande y caro de fabricar, entre 1 y 20 piezas.

Lo que tiene este proveedor y nadie más lo tienes, es que, aunque realicemos un diseño, él lo revisa y lo rediseña nuevamente, incluso, a veces, mejorando el producto o haciéndolo más vendible y competitivo. Como podréis apreciar, en un principio, pensó que el aluminio sería la mejor alternativa por precios y costes del molde. Pero al enviar la primera pieza, esta no salió como esperábamos y saltaban chispas dentro del microondas:

Esta fue la primera muestra que nos iban a mandar, pero se percataron del error de elegir el material:

Ahora hago un inciso, hay veces que las comparaciones son horribles, pero en España, si un proveedor se equivoca y ese error lo llega a reconocer, seguramente se hace cargo, siempre y cuando no le suponga un coste económico adicional. Te estarás preguntando qué pasa conmigo… yo fui criado en Argentina y mis códigos son otros. ¡¡Sin ofender!! ¿Ok?
Bueno, el tema es que mi nuevo socio, rediseña la pieza en plástico, con su coste más elevado que el aluminio (sí, aunque parece al revés, el plástico está más caro que el aluminio).

Se toma una semana y me presenta estos cambios:

 

Lo bueno de contar con un proveedor eficiente, es que además de hacerse responsable, mejora el producto, porque realmente desea que obtengas un producto de calidad. Ahora tendríamos una pieza de plástico, grado alimenticio, certificado, que aguanta temperaturas elevadas (un microondas a máxima potencia puede alcanzar los 250 º) y se puede meter en el lavavajillas. Pero, además, es desmontable. Sin aumentar ni un euro.

Rectifican de nuevo el molde y nos mandan la primera muestra:

 

Damos el ok a la pieza y empiezan a fabricar. Un dato importante, en China, los chinos no usan microondas tal cuál lo conocemos aquí, tienen unos hornos diferentes que calientan la comida. Que pasa con este tema, que ellos no tienen manera de probar la pieza. Mi nuevo socio, tuvo que pedir a Japón, por venta on-line, comprar un microondas con plato giratorio. Y al llegarle, ya habían fabricado 250 unidades. Estaban a punto de terminar, cuando hace la prueba y pasó esto:

 

Al ponerlo unos 2:30 minutos, se derritió una de las patas y el aspa del centro.

Segundo error por la elección del plástico. Bruce, mi socio en China, me dice en un mensaje: con este proyecto ya no ganaré dinero, pero he aprendido mucho sobre nuevos productos. Las primeras 500 piezas, mantendré el coste, pero si hay nuevos pedidos, el coste unitario de la pieza, será más elevado.

Hoy mismo, mientras escribo este artículo para el blog, están haciendo las pruebas con el nuevo material, que se supone aguanta temperaturas de hasta 500º por más de 15 minutos; sin calentarse, ni derretirse.

Hoy dejo este artículo sin finalizar, ya que aún no hemos recibido las 500 unidades, pero adelanto que será todo de color negro y ya puedes hacer una reserva pinchando en esta foto:

 

Artículo escrito por: Matías López
Fotos: Clientes y archivo Sube Tu Invento

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